Economia
¿Podrá la economía de Bolivia superarse a sí misma en 2024?
27 de diciembre de 2023
Navegando entre crisis globales, el Gobierno de Luis Arce supo mantener la economía boliviana a flote, pero ¿a qué costo? Se consultaron a analistas para evaluar lo realizado en el año que se va y proyectar qué puede pasar con las finanzas nacionales en 2024, en un mundo que ya no es del todo previsible.
La economía de Bolivia concluye este 2023 con interrogantes que se resolverán en 2024, cuando varios factores globales —pero también vernáculos— deberán atenderse con la finalidad de garantizar que el próximo presidente, cuya elección será en 2025, inicie o continúe su gestión sin mayores sobresaltos.
“Ha sido un año bastante complicado, lo mismo que 2022. Se han visto presiones inflacionarias a nivel mundial, la crisis internacional se ha agravado bastante con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania”, opinó el economista Miguel Clares.
Y es que varios países que apoyaron las sanciones económicas contra Rusia padecen la carencia de recursos energéticos, además de que tienen que lidiar con niveles inflacionarios no vistos desde décadas atrás.
En este escenario internacional, apunta el analista, también influyen “el conflicto entre Israel y Palestina, los efectos de la pospandemia, las presiones inflacionarias de parte de las cadenas comerciales, el incremento de las tasas de la FED“, tales son las siglas del Sistema de la Reserva Federal, equivalente al banco central de Estados Unidos.
Clares consideró que 2022 y 2023 “se han caracterizado por un contexto internacional muy desafiante, muy adverso, que sin duda ha repercutido en las economías del mundo“.
En el caso de Bolivia, “no ha sido ajena a estos choques externos. Se ha generado cierto entorpecimiento en el desempeño de algunas variables”, mencionó el economista.
Sumado a ello, Clares evaluó que los enfrentamientos dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS) también afectan a la economía: “Han existido diferentes conflictos internos en la Asamblea Legislativa, que han perjudicado la aprobación de leyes que iban a ser de gran beneficio para el desempeño de la economía nacional”.
A pesar de estas condicionantes internas y externas, “la economía ha mostrado cifras saludables. El crecimiento en el primer semestre fue del 2,2%. Es interesante, porque hay economías en la región que están en proceso de recesión y tienen tasas negativas”.
El especialista resaltó el bajo nivel de inflación que se registra en el país, ubicado entre los más reducidos del mundo: “Mientras muchos países manejan una inflación de dos dígitos, Bolivia la ha mantenido controlada en un 1,5% hasta noviembre pasado”.
Desaceleración
René Martínez, economista de la Fundación Jubileo, observó que desde 2014 la economía boliviana viene en caída. “Todos estos años hemos vivido una etapa de desaceleración de la economía. Antes había bonanza, como todos sabemos, por la venta de recursos como el gas. Pero desde 2014 en adelante estamos en una constante desaceleración”, dijo.
El experto comentó que desde ese año, el país vive en permanente déficit fiscal y endeudamiento. “Esto es resultado del planteamiento del Gobierno, de incrementar el gasto constantemente. En este lapso hemos tenido un crecimiento constante del aparato público y del gasto público”, diagnosticó.
Y agregó: “No se puede expandir el gasto constantemente, menos si ha sido posible gracias al bum de recursos naturales no renovables como los hidrocarburos, que tienden a agotarse y dependen de precios internacionales“.
Reservas
El investigador de la Fundación Jubileo advirtió que “hasta 2014 teníamos importantes reservas crecientes, que han llegado a 15.000 millones de dólares. De ahí en adelante no dejan de caer hasta la actual situación límite, cuando vivimos con un mínimo de reservas”, estimadas en poco más de 2.000 millones de dólares.
Clares, en cambio, atribuyó el descenso en las reservas internacionales a “los shocks externos que han existido, también a diferentes boicots internos. Hubo bloqueo a desembolsos externos en la Asamblea Legislativa, que sin duda habrían aumentado las reservas internacionales”.
El economista se refería al enfrentamiento dentro del Movimiento Al Socialismo, entre un ala afín al expresidente Evo Morales (2006-2019) y otra liderada por el presidente Luis Arce.
Más crecimiento
Para el economista Mike Gemio, “la mirada sobre la economía boliviana es positiva. Sin embargo, el crecimiento tiene que ser mayor, ya que el golpe [de Estado de 2019] dejó una herida que aún sigue sangrando. Debe haber un impulso fuerte a lo que es la producción y la productividad que mejore las ventas de los materiales de exportación que se tiene”.
Y evaluó que “una buena señal es la inclusión de nuestro país en asociaciones internacionales de países destinadas a mejorar el intercambio de productos y mejorar la producción, para dirigirla a nuevos mercados”, como el BRICS, grupo de economías emergentes conformado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica.
Para Gemio el apoyo a los productores “es importante para ampliar mercados y generar ventajas para quienes deciden producir”.
En este sentido, consideró que “el Estado realiza un esfuerzo gigante para disminuir los costos que estén fuera de la producción misma, como son los impuestos y otros cobros que benefician al Estado y a la gente que depende de él”.
Perspectivas para 2024
Según el presidente Arce, Bolivia tendrá un crecimiento del 3,7% en 2024. Pero de acuerdo con un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la cifra sería del 1,8%, por debajo del promedio regional, que sería del 2,3%.
Martínez prevé que en el año a punto de comenzar “continuará este deterioro, porque los problemas han sido postergados o pospuestos. El ajuste necesario ha sido pospuesto a través de mayor endeudamiento. En 2024 ya habríamos llegado al límite en términos de reservas”.
Para el economista, “Bolivia está en una situación de insostenibilidad del pago de la deuda, por tanto, será más difícil acceder a créditos externos. Y si accediera, sería con tasas de interés muy altas”.
“Cualquier ajuste que se haga obviamente va a ser doloroso, pero es preferible hacerlo a que sigamos yendo al barranco como hemos estado apuntando los últimos años sin que se haga nada al respecto”, indicó.
Según un estudio reciente de la Fundación Jubileo, la deuda externa per cápita de Bolivia subió de 231 dólares en 2007 a 1.108 dólares en 2022.
Clares, por su parte, resaltó que el Gobierno de Luis Arce procura garantizar la provisión del mercado interno, antes que el externo.
“Nuestro crecimiento económico se apoya en gran parte en la demanda interna. Si nuestro modelo económico dependiera de la demanda externa sí tendríamos un año bastante complicado. Por lo tanto, el mantenimiento y la profundización del actual modelo va a mantener la estabilidad macroeconómica“, sostuvo el economista.
Por Sebastián Ochoa