Mensajes de odio de la ultraderecha enturbian la víspera del balotaje Massa-Milei en Argentina
El próximo domingo culminará un proceso que ha estado cargado de tensiones.
16 de noviembre de 2023
Agresiones a periodistas. Amenazas a políticos. Denuncias anticipadas de un fraude que ya descartaron las autoridades electorales. Advertencias de que las fuerzas Armadas deben salir a reprimir. Personalidades que tienen que limitar sus cuentas en redes sociales ante el alud de ataques que reciben.
Este es el clima enrarecido que se vive en Argentina en vísperas de la segunda vuelta que se realizará el próximo domingo entre el peronista Sergio Massa (Unión por la Patria) y el ultraderechista Javier Milei (La Libertad Avanza), quien junto con su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, encabeza la promoción de los discursos violentos.
Esta semana, por ejemplo, Milei empujó a un periodista que intentaba obtener una declaración mientras realizaba uno de sus últimos actos de campaña en la ciudad de Rosario.
«Esto es para la gente, no para vos», le dijo con desprecio el candidato, que ya es conocido por insultar a los trabajadores de prensa que no sean afines a sus ideas o que no lo apoyen.
A él se sumó en Buenos Aires la diputada electa de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, quien amedrentó a una reportera del canal estatal. «Vamos a cerrar la TV Pública, vamos a privatizar la TV Pública, los medios públicos se van a privatizar, así que procurá ser una buena trabajadora», le dijo mientras la periodista trataba de entrevistarla.
La periodista Mariana Romero, por su parte, tuvo que limitar el acceso a su cuenta en X luego de revelar que, por primera vez en su vida, votaría al peronismo.
«Estimados, tuve que pasar a privada esta cuenta debido a las amenazas que recibí solo por decir a quién voy a votar. Es tristísimo que, en democracia, se insulte y degrade de esa manera al que piensa distinto. Lamento muchísimo esta violencia colectiva. Es todo una locura», señaló.
Intimidaciones
Uno de los casos más graves fue el de Agustín Rombolá, presidente del sector juvenil del Partido Radical en la Ciudad de Buenos Aires, que recibió mensajes como: «te hace falta una bala» y «con un fierro en la cabeza te agarraría».
También le enviaron fotografías y videos de él entrando a su casa, lo que evidencia que lo están vigilando.
«Vos quédate tranki (sic), el falcon arranca por (el barrio) Almagro la semana que viene», le advirtieron en un texto que hace referencia al mecanismo que usaba la dictadura de los años 70 para secuestrar a sus víctimas.
La presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, interpuso una denuncia judicial luego de recibir amenazas de muerte por parte de seguidores de Milei.
«Con Milei presidente nosotros vamos matar ustedes (sic) para hacer la limpieza que nuestra nación necesita (…) el pueblo va a cobrar venganza de lo que nos hicieron», señalan los mensajes que están plagados de insultos.
Los discursos de odio no son solo anónimos. Ricardo Bussi, diputado electo de La Libertad Avanza e hijo del represor Antonio Bussi, condenando por crímenes de lesa humanidad, anunció que si Milei gana el domingo, habrá represiones.
«El Estado tiene el monopolio de la fuerza y tiene que actuar en beneficio de la comunidad, claro que tiene que estar la represión, el Estado tiene la Policía, es el que maneja las Fuerzas de Seguridad, las Fuerzas Armadas tendrán que usar esas herramientas para ir por el orden porque necesitamos justamente eso, orden», dijo.
En el mismo sentido, la candidata de Milei a la vicepresidencia anticipó que para resolver los problemas que enfrenta el país se necesita «una tiranía».
Apenas horas antes, Villarruel había desatado un escándalo al plantear cambios en el Museo de la Memoria, que antes fue la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los centros clandestinos de represión más grandes de América Latina.
«Son 17 hectáreas que podrían ser disfrutadas por todo el pueblo», dijo, lo que generó un repudio generalizado por proponer que se pueda «disfrutar» un lugar en el que fueron secuestradas, torturadas, asesinadas y desaparecidas alrededor de 5.000 víctimas.
En estos días, basta que alguien cuente que va a votar a Massa para que reciba un alud de amenazas. Fue el caso, por ejemplo, de la actriz Dolores Fonzi, a quien le advirtieron que la violarían y que atacarían a sus hijos.
Otra víctima de las intimidaciones fue Paulina Cocina, una popular influencer que tiene millones de seguidores.
«No apoyo ni apoyaré a quienes defienden públicamente la dictadura, y (uno del que se habla poco) me preocupa mucho tener un presidente (Milei) que cree que el cambio climático no existe», escribió en un post que tuvo que bajar por los mensajes de odio que recibió en su casilla privada.
La tensión de los días previos al balotaje se debe también a la insistencia de los mileístas de anticipar un posible fraude, a pesar de que no hay prueba ni denuncia alguna de que alteraciones en el conteo de votos de la primera vuelta ni en las elecciones primarias de agosto.
De hecho, las autoridades electorales, que incluyen al Poder Judicial que no tiene relación con el Ejecutivo, ya recordaron que desde que Argentina recuperó la democracia en 1983 todas las elecciones han sido transparentes.
Así lo reconoció incluso la excandidata presidencial de la derecha, Patricia Bullrich, aunque horas más tarde se contradijo y se sumó al coro de voces que denuncian «miedo al fraude», una estrategia similar a la que usaron los expresidentes de EE.UU. Donald Trump; y de Brasil, Jair Bolsonaro, cuando perdieron las elecciones.
La estrategia continuó este viernes, ya que Karina Milei, apoderada de la campaña de su hermano, presentó un escrito ante la justicia electoral en el que, sin pruebas, aseguró que en la primera vuelta del pasado 22 de octubre se cometió un «fraude electoral colosal», por lo que solicitó que el próximo domingo la Fuerza Aérea y la Marina custodien las urnas.