Investigación y Ciencia
Gran avance en la investigación del alzhéimer: detectan cinco variedades distintas de la enfermedad
11 de enero de 2024
Los científicos identificaron cinco variantes biológicas distintas de la enfermedad de Alzheimer, cuyas características difieren en cómo afectan al cerebro y, potencialmente, en cómo responden al tratamiento. Los autores de la investigación suponen que los medicamentos ya probados pueden haber parecido falsamente ineficaces.
Por lo tanto, este hallazgo podría conducir a terapias más personalizadas o a medidas preventivas para estos subtipos. También podría ayudar para el diagnóstico precoz y la intervención para retrasar la aparición de los síntomas de la enfermedad de Alzhéimer.
“Dados los distintos patrones de los procesos moleculares y los perfiles de riesgo genético de la enfermedad de Alzheimer, es probable que los subtipos de la dolencia requieran tratamientos específicos”, escribió la neurocientífica Betty Tijms, del Alzheimer Center de Amsterdam.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Básicamente, se caracteriza por la acumulación de proteínas amiloide y tau en el cerebro, lo que conduce a la pérdida progresiva de memoria y al deterioro cognitivo.
Durante la investigación fueron analizadas las proteínas del líquido cefalorraquídeo de 606 personas. El equipo de investigadores utilizaron la proteómica por espectrometría de masas para analizar el líquido cefalorraquídeo de 419 personas con alzhéimer y 187 controles, buscando diferencias en los niveles de proteínas. Así se seleccionaron para el análisis 1.058 proteínas relacionadas con esta enfermedad.
Los científicos pudieron identificar cinco subtipos biológicos distintos, que se distinguen por variaciones como la hiperplasticidad, la activación inmunitaria, la desregulación del ARN, la disfunción del plexo coroideo y la alteración de la barrera hematoencefálica. Cada subtipo se caracterizaba por alteraciones específicas en grupos de proteínas relacionadas con la inflamación y el crecimiento de las células nerviosas.
Al mismo tiempo, analizaron las imágenes por resonancia magnética (IRM) de un subconjunto de 503 participantes para comparar los subtipos con las diferencias individuales de volumen en determinadas regiones cerebrales.
“Los subtipos tenían perfiles de riesgo genético de alzhéimer distintos”, se destaca en el artículo, y se añade que “también diferían en resultados clínicos, tiempos de supervivencia y patrones anatómicos de atrofia cerebral”.
Así, durante la investigación, los científicos descubrieron que es muy probable que la hiperplasticidad implica una respuesta de crecimiento celular hiperactiva, que resulta en la acumulación de amiloide y proteína tau.
Sin embargo, el otro tipo se produce cuando la alteración de la barrera hematoencefálica debilita la barrera que protege el cerebro, permitiendo la infiltración de moléculas dañinas. A diferencia de la hiperplasticidad, este subtipo se caracteriza por un crecimiento lento de las células nerviosas y una baja producción de amiloide.
Esto podría significar que algunos fármacos solo funcionan en un tipo de alzhéimer. La medicación centrada en el amiloide, por ejemplo, puede tratar un subtipo con mayor producción de amiloide pero perjudicar potencialmente a un subtipo con menor producción.
“Los efectos secundarios derivados de ciertos tratamientos también pueden depender del subtipo. (…) Por ejemplo, mientras que los anticuerpos pueden atravesar más fácilmente la barrera hematoencefálica en el subtipo 5, estos individuos pueden tener un mayor riesgo de hemorragia cerebral que puede ocurrir con el tratamiento con anticuerpos”, advierten los científicos.
Tradicionalmente, el alzhéimer se ha considerado una enfermedad única con algunas variaciones en los síntomas y la progresión. A pesar de las numerosas investigaciones, no hay cura, y los tratamientos actuales solo ofrecen un control limitado de los síntomas.