Es una tragedia

6 de mayo de 2025
Ante la incredulidad de los analistas, Arce busca ser candidato a pesar de su impopularidad. Evo también lucha para lograrlo no obstante tenga a todo el sistema jurídico y político del país en su contra. Andrónico, por su parte, también ya confirmó que será candidato. Y si bien los seguidores de uno y otro quieren mostrar estos acontecimientos como una fiesta —propio de tiempos electorales—, ésta es en realidad una tragedia.
No lo es solamente bajo una lógica estrictamente electoral. Que también podrá serlo, en tanto que por el momento se tendrían tres candidaturas que disputarán el histórico voto del MAS-IPSP; Arce que apalancará toda la fuerza estatal para subir su deprimida imagen; Evo Morales que podrá direccionar un sólido voto duro, principalmente entre las organizaciones sindicales campesinas del país; y Andrónico, que buscará ser el centro gravitacional que atraiga elementos de ambas partes hacia sí mismo. Sin duda, un alentador escenario electoral para la derecha.
Pero más en lo profundo de este histórico movimiento político, es una tragedia porque el “instrumento político”, creado en los 90 para que las organizaciones campesinas e indígenas se puedan autogobernar, elegir a sus propios representantes bajo sus propias lógicas orgánicas, hoy ya no decide. En realidad, son “otros”, muy ajenos y contrarios quienes están decidiendo su destino político, jugando con los instintos de sus liderazgos. Están consolidando otros mecanismos que definen las candidaturas ajenos a la “decisión orgánica”.
De esos “otros”, especial mención merece el “partido judicial”, encabezado por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP). Aquel, que teniendo el rechazo del 90% de la población boliviana, logra hacer y deshacer todo el campo político para garantizar sus propios intereses. Aquel que habilita y deshabilita candidaturas, arrebata prerrogativas a otros órganos de poder y los amenaza y chantajea a cambio de garantías. Ése que ahora decidió el destino del instrumento político al ser el artífice de la supuesta inhabilitación de Morales, la entrega de la sigla a Arce y que Andrónico termine por “fortuna” como la salvación. Es decir, el alfarero que moldeó aquella otrora gran fuerza política ahora son tres, dos de ellas del seno mismo de la organización, el Trópico de Cochabamba.
Pero, para que esto suceda, se necesitó una oportunidad y para ello las viejas formas cupulares de hacer política al interior del instrumento fueron indispensables; la jugarreta como regla y donde todos parecen estar dispuestos a echar mano del diablo si es que momentáneamente les conviene. Evo Morales, con el TCP cuando se habilitó para candidatear, desconociendo el resultado del referendo del 21 de febrero y con el “dedazo”; Arce deshaciéndose de las elecciones judiciales a cambio de que los magistrados autoprorrogados le entreguen la sigla del MAS, se inhabilite a Morales y se lo persiga judicialmente. Y si bien Andrónico no se apoyó directamente en el TCP, el cálculo fue que sus acciones le favorecerían eventualmente con el impasse con Evo. Por lo que a final no estarían siendo las resoluciones orgánicas o el voto de la base las que dan forma a su esperada sucesión, sino el corrompido sistema judicial y electoral boliviano, a lo cual Andrónico coadyuvó también, como en agosto de 2024 cuando, en calidad de presidente del Senado, contribuyó a que no existieran elecciones primarias al interior del MAS. Desahució una ventana de oportunidad y que pudo asentar un precedente para que el MAS pueda resolver interna, democrática y orgánicamente su conflicto. Resultado: Arce inhabilitando y persiguiendo a todos para ser el único candidato de la “izquierda”, Evo impidiendo que se hablen de alternativas y Andrónico cosechando lo anterior para ser único del bloque nacional-popular.
Por lo cual, por lo menos en este renglón, no parece que hubo la tal renovación, sino la reproducción de añejas lógicas entre los tres al buscar inhabilitar a sus contrincantes mediante apoyaturas externas, recurriendo y, por lo tanto, fortaleciendo a los “otros” a cambio de pírricas victorias.
Pues bien, los estrategas de cada uno dirán con arrogancia que ésa es la real politik y que siempre funcionó así. Pero, ¿a dónde llevó tanta genialidad? Al peor escenario, para cualquiera de las alas del ex MAS. Un Órgano Judicial que gobierna detrás de bambalinas y tiene capacidad de influencia a la derecha e izquierda, porque nadie lo detiene en cuanto le favorece. Fortalecimiento de peligrosos intereses de las élites bolivianas a cambio de mediocres apoyos. Robo y destrucción de la exitosa sigla MAS-IPSP para nada. Que sean los autoprorrogados y otros similares quienes están dándole forma a la representación política de los sindicatos campesinos e indígenas. Y no solamente una posible mayor dispersión de este voto entre Andrónico y el evismo, sino la seria posibilidad de expulsión de Andrónico de la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico o, a la inversa, el inicio de una disputa entre federaciones del Trópico de Cochabamba.
Sin duda, un alentador escenario para otro “otro”, que tenía su base militar ahí mismo, en el Trópico, hasta no hace mucho. Un episodio trágico para el llamado “proceso de cambio”.
Por Andrés Huanca Rodrigues