Opinión

El futuro es incierto

14 de noviembre de 2024

En términos de lucha de clases. Las confederaciones campesinas sufrieron una derrota en las calles hace unas semanas. La Central Obrera Bolivia está domesticada, cooptada, al punto que calla ante el sufrimiento de sus afiliados golpeados por filas, desabastecimiento e inflación. El MAS, como principal representante político/partidario de aquellas fuerzas, no solo está debilitado a un mínimo histórico, sino que ahora también perseguido.

Los poderes institucionales que permiten un balance y contra balance están también desmontados. Ayer el TCP y sus magistrados ilegalmente autorprorrogados terminaron por doblegar al TSE, a pesar de su encuentro para garantizar las elecciones judiciales. Es decir, el Ejecutivo y el TCP, brazo policial/militar y judicial, terminaron por doblegar a la Asamblea Legislativa y al TSE, brazos fiscalizador y electoral. Al parecer el suprapoder judicial se queda con apoyo del gobierno de Arce a cambio del robo de la sigla del MAS.

A la inversa, las confederaciones empresariales ya no tuvieron que venir a desfilar a La Paz y hacer conferencias históricas, por inéditas, en la Casa Grande del Pueblo anunciando paquetes económicos favorables para ellos, en tanto el gobierno les confiaba la salida a la crisis. No. Ahora el mismo presidente tuvo que ir a reunirse con la CAO y la CAINCO a Santa Cruz antes del decretazo liberal de ayer. Si fue de rodillas y bien encorbatado me tiene sin cuidado. La cuestión es que Lucho, ese del Partido Socialista-1, le entregó a las confederaciones empresariales, principales responsables por los mega incendios, el gran negocio de venderle a las personas trabajadoras y de baja renta el combustible a un precio desregulado, mientras está persiguiendo dirigentes campesinos y tiene otros casi 100 en celdas en este momento. Empresarios, que valga la pena aclarar, que son el puñado de grandes exportadores que no les falta sus dólares pero que decidieron dejarlos en el exterior a pesar de ver como sufría y sufre el país.

Probablemente esta medida neoliberal sirva para evitar el desabastecimiento absoluto de combustible que ya se veía venir. Pero eso no quiere decir que los precios van a bajar, por qué el empresario subvencionaría a la gente si su único fin es ganar? Todo en el futuro es incierto, pero por como pinta la cosa, al final el peso de la crisis se le está poniendo a la espalda de la gente que menos tiene.

Por Andrés Huanca Rodrigues

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