20 de abril de 2023
El Gobierno de Brasil se está preparando para que futuras pandemias no causen el mismo impacto en el país que el COVID-19.
Para ello refuerza la atención en vigilancia epidemiológica, ciencia y tecnología, informaron en las últimas horas fuentes oficiales.
Según explicó la ministra de Salud de Brasil, Nísia Trindade, Brasil creó un programa de preparación para futuras pandemias y está trabajando en esta propuesta con la OMS.
Trinidade evaluó que el proyecto incluye vigilancia epidemiológica, inversiones en ciencia y tecnología y atención reforzada al Sistema Único de Salud (SUS).
«La salud es un nuevo frente para el desarrollo en el mundo. Brasil no puede estar atrás en este proceso y, ahora que el país asumirá la presidencia del G20, debemos prestar atención a este proceso”.
“La ciencia y la tecnología son fundamentales para la salud, pero tienen que estar al servicio del SUS. «No pueden ser vistas como factores aislados», comentó la ministra.
Futuras pandemias
Trinidade recordó que la pandemia desafió al mundo y calificó de inadmisible que el país, teniendo un sistema de salud universal, haya registrado más de 700.000 muertes por la enfermedad.
«No olvidemos que el momento que debería ser de solidaridad no lo fue, al contrario”.
“Vimos inequidad en la distribución de vacunas, vimos varios países que no tenían acceso a la vacuna, a pesar de la visión de la salud como un bien púbico”, señaló.
“Brasil tiene un papel fundamental en hacernos pensar en la salud como un bien público. Eso debe articular los sectores público y privado», comentó, al defender una visión del SUS como política social.
Para la ministra, la pandemia agravó lo que llamó el proceso de deterioro de la salud brasileña, con un empeoramiento generalizado de los indicadores y retrocesos institucionales.
También presupuestarios y normativos que llevaron al desmantelamiento de las políticas, además de la pérdida de credibilidad como autoridad sanitaria.
La situación dejada por el Gobierno anterior, según Trinidade, incluye 27,1 millones de dosis de vacuna de la COVID-19 sin tiempo para distribuir y un desperdicio de casi 40 millones de dosis desde 2021.
Lo que representa una pérdida de 2.000 millones de reales (400 millones de dólares) para las arcas públicas, además de dosis e insumos que vencen en los próximos meses.
«Al mismo tiempo que había desperdicio, también faltaban vacunas clave, como la de la poliomielitis, el sarampión, incluida la COVID infantil», lamentó.
Por Xinhua – LR.