La Dictadura de EEUU y el Nuevo Acercamiento: El Pasado sangriento que Amenaza el Futuro de Bolivia
31 de octubre de 2025
La Dictadura de EEUU
Mientras el presidente electo, Rodrigo Paz, viaja a Washington en busca de dólares y «naciones amigas«, un oscuro pasado de intervención resurge para recordarle al país el alto precio que históricamente ha pagado por esa «amistad». Bajo una aparente «ayuda«, la dictadura de EEUU sobre la política boliviana se manifestó con balas, financiamiento a regímenes represivos y el sabotaje de movimientos sociales. Documentos desclasificados y la exhaustiva investigación del historiador estadounidense Thomas C. Field Jr. en su libro «Minas, Balas y Gringos» revelan cómo Washington consideró que la democracia era «un lujo» que Bolivia no podía permitirse.
Este historial de injerencia, que incluye el uso de la CIA y USAID como brazos ejecutores de operaciones encubiertas, pone en tela de juicio el nuevo acercamiento y advierte sobre los peligros de volver a una relación de vasallaje con una potencia que ha demostrado, una y otra vez, priorizar sus intereses geopolíticos por sobre la soberanía y los derechos humanos en Bolivia.
La «Ayuda» como Arma: El Plan Triangular, la Masacre de los Mineros, la dictadura de EEUU
La intervención más sistemática y brutal se dio en la década de los 60 bajo la Alianza para el Progreso (A/P), un programa que convirtió a Bolivia en el mayor receptor de ayuda per cápita de EEUU en el mundo. Sin embargo, este dinero no era un regalo desinteresado.
Como revela Field Jr., la «ayuda» era un instrumento poderoso condicionado a la implementación de duras políticas anticomunistas. El objetivo principal era desmantelar el poderoso sindicalismo minero, considerado por Washington como el principal «obstáculo para el progreso».
Para ello, se diseñó el Plan Triangular, cuyas condiciones secretas eran devastadoras:
- Declaración de Estado de Emergencia para suspender las garantías constitucionales.
- Eliminación del Control Obrero en la minera estatal COMIBOL.
- Despido de 5.000 trabajadores mineros.
Para imponer este plan, EEUU no escatimó en recursos. La intervención fue total:
- Financiamiento de Milicias: En 1963, USAID destinó cien mil dólares para armar y equipar una milicia campesina leal al presidente Víctor Paz Estenssoro, con el objetivo explícito de atacar a los mineros izquierdistas de Siglo XX.
- Sabotaje y Hambre: El plan de contingencia de USAID recomendaba «cortar los envíos de alimentos» a los centros mineros para que «los mineros comiencen a sufrir» y así forzar su rendición.
- Armamento para la Represión: Cuando los maestros se declararon en huelga, EEUU envió 13 toneladas de armamento, incluyendo bombas y ametralladoras.
Cuando los mineros resistieron, el presidente Kennedy autorizó el envío de más «material de emergencia». Vuelos chárter de la CIA transportaron miles de granadas de gas lacrimógeno, revólveres y escopetas, pagados por la Oficina de Seguridad Pública (OPS) de USAID.
La «Democracia no es para Bolivia»: La Ideología del Desarrollo Autoritario
Esta brutal intervención se justificó bajo una ideología que el historiador Field Jr. denomina «desarrollo autoritario«. Era una dictadura de EEUU. Los estrategas liberales de la administración Kennedy, como el embajador Ben Stephansky, consideraban que Bolivia era una sociedad «atrasada» y «caótica» que necesitaba orden y disciplina por encima de libertades.
«Para los desarrollistas, la democracia política era vista como un lujo reservado a los países avanzados; para Bolivia, el autoritarismo era considerado el único camino hacia el progreso», documenta Field Jr. Bajo esta lógica, EEUU apoyó incondicionalmente al gobierno cada vez más represivo de Paz Estenssoro, tolerando el fraude electoral y la violencia, y presionándolo para que rompiera relaciones con Cuba, una decisión que, según el propio presidente boliviano, fue una «catástrofe» que desestabilizó su gobierno y fortaleció a los militares que finalmente lo derrocarían.
La CIA, por su parte, recibió órdenes explícitas de trabajar estrechamente con el «temido Control Político» (la policía secreta de Paz Estenssoro) para «destruir cualquier amenaza al régimen».
El Regreso a Washington: ¿Una Nueva Era o la Repetición de la Historia?
Hoy, mientras Rodrigo Paz y su equipo económico se reúnen con el FMI, el Banco Mundial y el gobierno de Donald Trump, la historia resuena con una advertencia. El discurso de «estabilizar la economía» y «abrir Bolivia al mundo» guarda un inquietante parecido con la retórica de la Alianza para el Progreso.
La promesa de «seguridad jurídica» y «respeto a la propiedad privada» es música para los oídos de los inversores extranjeros, pero la historia ha demostrado que, para Washington, estos conceptos a menudo han implicado la supresión de derechos laborales, la represión de la protesta social y la imposición de un modelo económico que beneficia a unos pocos a costa de la soberanía nacional.
El desafío para el nuevo gobierno será monumental: obtener el financiamiento que el país necesita desesperadamente sin caer en la trampa del vasallaje, sin repetir una historia de intervención donde la «ayuda» venía cargada de balas y la promesa de «progreso» se construía sobre las ruinas de la democracia y los derechos de los bolivianos.
Por Roberto Barriga A. – https://plumayespada.lat/



