Bolivia

¿En qué consistió la guerra del Gas en Bolivia?

La guerra del Gas suscitada en octubre de 2003 en Bolivia, también es conocida como la "Masacre de Octubre".

17 de octubre de 2022

La guerra del Gas suscitada en este mismo mes pero de 2003 en Bolivia, también es conocida como la «Masacre de Octubre», donde más de 80 personas fueron asesinadas a manos de los militares tras masivas movilizaciones que se oponían a la exportación del gas boliviano a Estados Unidos (EE.UU.).

A finales de septiembre y principios de octubre de 2003, masivas movilizaciones impulsadas por la Central Obrera Boliviana (COB), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia y el Movimiento Indígena Pachakuti, generaron que los ciudadanos se opusieran a que el gas fuera dado a EE.UU. a través de puertos chilenos.

Pese a la pacificidad de las protestas, el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, decidió enviar a militares y policías para reprimir a los manifestantes, quienes además pedían la dimisión del jefe de Estado por entregar los recursos naturales al Gobierno estadounidense.

 

Hechos de la «Masacre de Octubre»

La noche del 17 de octubre, Gonzalo Sánchez de Lozada abandonaba el país luego de renunciar a la presidencia. “Los muertos te van a enterrar”, le había advertido su vicepresidente, Carlos Mesa, que luego asumió la sucesión con los rigores legales.

La crisis social y política de entonces degeneró de la intención del Gobierno de exportar gas natural a Estados Unidos y México a través de un puerto chileno.

Las movilizaciones sociales habían comenzado a principios de septiembre por un conflicto local en la ciudad de El Alto, donde el entonces alcalde José Luis Paredes pretendía imponer los llamados formularios Maya y Paya.

En una espiral de demandas, los campesinos de La Paz también ponían en apronte al Gobierno por la exigencia de liberación del dirigente Edwin Huampo, acusado de perpetrar la muerte de dos personas en un caso de “justicia comunitaria” por el robo de ganado en el altiplano.

En El Alto, la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) encendió el conflicto contra la exportación de gas. Instruyó un bloqueo de la ciudad y demandó una consulta popular sobre el gas.

En esas circunstancias, el entonces líder campesino Felipe “El Mallku” Quispe ingresó en huelga de hambre en radio San Gabriel, acompañado de centenares de compañeros. Además, demandaban el cumplimiento de un pliego de 72 puntos del llamado Convenio de la Isla del Sol.

Para entonces, el conflicto social ya se había extendido incluso fuera de La Paz. El 16 de septiembre, por primera vez, alguien pidió la renuncia del presidente Sánchez de Lozada: el diputado del Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) Germán Choquehuanca, en huelga de hambre.

Hasta que la crisis cobró sus primeros fallecidos el 20 de septiembre. El mismo ministro Carlos Sánchez Berzaín lideró un operativo policial-militar en Warisata, donde campesinos bloqueaban el paso de turistas, la mayoría estadounidenses, en Sorata. Hubo cinco fallecidos, cuatro de ellos campesinos y un policía.

Sin embargo, la masacre adquirió esas proporciones el 12 de octubre, cuando en un intento de resguardar el transporte de caravanas de combustible entre Senkata (El Alto) y La Paz, los militares dispararon contra las movilizaciones y dejaron un saldo de 27 muertos. ¡Y los muertos enterraron a Sánchez de Lozada!

Las muertes continuaban. Otras 23 personas fallecieron el lunes 13 en El Alto y en la zona Sur de La Paz, 10 más.

El 15 de octubre, el Gobierno presentó su propuesta de disolución del conflicto que ya había cobrado decenas de fallecidos: referéndum consultivo, inclusión de la Asamblea Constituyente y revisión de la Ley de Hidrocarburos.

Ante la luctuosa cifra de asesinados y la intensificación de las movilizaciones, Sánchez de Lozada decidió huir del país aterrizando en Washington. El 17 de octubre de 2003 el Congreso de la República de Bolivia, leyó la misiva del expresidente renunciando a su cargo y huyendo de la justicia.

Desde la masacre suscitada, Sánchez de Lozada no volvió al país, como su ministro Carlos Sánchez Berzaín. Ambos fueron acusados por las masacres de la “guerra del gas”. En 2019, un juzgado de Florida determinó que fueron culpables de “ejecuciones extrajudiciales”.

Para el año 2011, la Justicia boliviana condenó a prisión a 15 jefes militares, así como a dos exministros de la administración de Sánchez de Lozada. Entre los condenados figuran los exgenerales Roberto Claros, Juan Veliz, José Oswaldo Quiroga y los exalmirantes Luis Alberto Aranda y Gonzalo Rocabado.

Tras las condenas, el abogado de las víctimas de la masacre, Rogelio Mayta, señaló que se logró comprobar cada detalle de la represión perpetrada por parte de los militares contra la población, «todos y cada uno de los escenarios de conflicto, muerte, lesión, tortura y menoscabo a los derechos humanos. También se demostró la autoría mediata del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, ministros y jefes militares, quienes tenían autoridad y mando sin estar en los lugares de conflicto», agregó.

Día de la Dignidad Nacional

El expresidente Evo Morales decreó en el año 2013 el «Día de la Dignidad Nacional», donde se conmemoran a las víctimas de la represión nacional y se pondera su espíritu de lucha en la defensa de los recursos naturales de la nación.

A través de actos solemnes, Evo Morales reiteraba que ese suceso se traduce en la lucha del pueblo boliviano en la dignificación del país y en el fracaso del modelo neoliberal.

El decreto para celebrar el «Día de la Dignidad Nacional», aprobado por la Cámara de Diputados, tiene como objetivo revindicar «el sacrificio del pueblo en la recuperación de los recursos naturales» y dispone que las autoridades organicen actos de homenaje en conmemoración de esa fecha.

Por TS.

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